jueves, 28 de octubre de 2010

Lovaina

Lovaina al caer la tarde. Fue una reunión corta y pragmática. En medio de un pasillo estecho y al borde de una olla con tajadas de maduro, el joven de pantalones anchos, zapatos altos y camiseta sin mangas le decía a su tía: Mi hermana vuelve en tres o cuatro días, debe estar por la minorista metiendo vicio y pidiendo plata" A lo que la tía respondía inquieta por la necesidad de llevarla a un centro de atención. Él, poco convencido de la solución y consciente de la escasa voluntad de la pelada, solo atinó a decir: Vamos a cargarla pa que la encanen, al menos la tenemos encerrada.






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